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"No queremos ser los rescatadores del Mediterráneo Central, somos una herramienta para promover el cambio"
El pasado 19 de noviembre, Izaskun Arriaran (enfermera y miembro de la asociación Salvamento Marítimo Humanitario) e Iñigo Mijangos (presidente de SMH) visitaron la Corporación MONDRAGON, donde se reunieron con Iñigo Albizuri, director de Relaciones Institucionales e Ibon Antero, responsable corporativo de Sostenibilidad y Transformación Social. El objetivo de la visita, explorar posibles marcos de colaboración entre Corporación, cooperativas del grupo y la organización que ellos representan.
Desde 2019
El 21 de noviembre de 2019 el barco Aita Mari, de la organización Salvamento Marítimo Humanitario, realizó su primer rescate en el Mediterráneo central: 80 personas perdidas a su suerte en alta mar conseguían su primer visado para una nueva vida. Desde entonces la actividad de la organización presidida por Iñigo Mijangos ha actuado en muchos rescates y gestiona el campamento de la isla de Quíos, en Grecia.
El 21 de noviembre de 2019 el barco Aita Mari, de la organización Salvamento Marítimo Humanitario, realizó su primer rescate en el Mediterráneo central: 80 personas perdidas a su suerte en alta mar conseguían su primer visado para una nueva vida.
Reza el eslogan de la Unión Europea que la propia unión y “sus Estados miembros están reforzando su empeño por establecer una política europea de migración eficaz, humanitaria y segura”. Las caras de Izaskun Arriaran e Iñigo Mijangos no pueden ser más expresivas, lo suficientemente aclaratorias de su desconcierto y descontento, y por supuesto el espejo de su crítica a las administraciones, “Europa hace justo todo lo contrario de lo que dice hacer”. Salvamento Marítimo Humanitario lleva trabajando en el terreno durante los últimos seis años, desde 2015 en el campamento de Quíos, y desde 2018 con la más que costosa botadura del Aita Mari.
¿En qué momento os encontráis? ¿Cuál es el motivo de vuestra visita?
Iñigo Mijangos: Estamos en un momento en el que vemos la necesitad de intensificar los canales de comunicación, de trasladar a la sociedad lo que realmente está sucediendo, de hacer participa a la ciudadanía de Euskadi de toda nuestra labor, ya que creemos que es la sociedad quien debe cambiar el sentido de las políticas de las distintas administraciones. Es importante y fundamental para el cambio la educación para la transformación social. Y es el camino que hemos elegido. Podemos pasarnos la vida rescatando personas en el mediterráneo central, podemos pasarnos la vida gestionando las necesidades de los campamentos de Quíos u otros, pero el verdadero cambio debe darse en la sociedad, en la transformación social. La presión social es la que debe decantar la balanza hacia un lado u otro.
Podemos pasarnos la vida rescatando personas, pero necesitamos que la sociedad cambie y exija cambios en las políticas de migración.
¿Cuál es la propuesta de SMH para dicha transformación?
Iñigo Mijangos: Realizamos talleres, desarrollamos una metodología orientada a la educación, con objetivos y métodos, y trabajamos con colectivos de todo tipo, ajenos y desconocedores de nuestra actividad, pero muy interesados en lo que hacemos. Hemos tenido experiencias con grupos industriales y con cooperativas concretas.
Habéis estado bajo los flases, en los medios, habéis sido portada en prensa, radios y televisiones, pero parece que no es suficiente...
Izaskun Arriaran: Los medios te dan un momento, una portada, una foto, que es importante pero no suficiente. Necesitamos estar presentes en la sociedad, en las empresas, en los colegios, en las universidades… porque sobre todo somos una herramienta en manos de la sociedad. No queremos ser los rescatadores en el mediterráneo central, queremos ser una herramienta para promover el cambio. Es la sociedad la que debe demandar el cambio. Debe abanderar protestas, debe pedir políticas de migración justas, y para ello debemos de informar de lo que realmente está pasando y comunicarlo con claridad y de forma directa.
Hay un cambio en la estrategia de vuestra organización.
Izaskun Arriaran: Somos los ojos de la sociedad que los gobiernos, los Estados, quieren tapar. Las ONGs, en general, somos ciudadanos europeos que llegamos a los lugares para ver qué pasa y normalmente molestamos. Mientras estás aquí no te das cuenta de eso, pero lo cierto es que metemos el dedo en el ojo a las administraciones, de los Estados y eso no gusta. Por todo ello, debemos interpelar directamente a los y las ciudadanas. Explorar todos los espacios, las cooperativas, la comunicación… debemos acercarnos a los centros donde realmente nos quieran escuchar y quieran, a su vez, colaborar con nosotros. Hasta ahora hemos estado trabajando más sobre el terreno, en el mar y en los campamentos, y seguiremos luchando también allí, pero si realmente queremos un cambio de voluntad política, debemos activar a la sociedad.
¿Con anterioridad a esta visita habéis trabajado con la Corporación o con cooperativas del grupo?
Con Mondragon Unibertsitatea estamos haciendo sesiones, con alumnos y alumnas de LEINN, a finales de noviembre nos volvimos a reunir con algunas profesoras. También estamos colaborando con otras organizaciones, con Danobat, Orona… todo ello para impulsar la transformación.
Hablarnos de vuestra labor, de Salvamento Marítimo Humanitario.
Izaskun Arriaran: Estamos en un campo a 8 km de Quíos y aproximadamente atendemos a 12.000 personas al año. Les ofrecemos asistencia primaria y también tenemos un proyecto odontológico. En la actualidad, disponemos de dos enfermeras, dos médicos y dos dentistas. Empezamos en un conteiner con dos camillas, una mesa y un grifo, no más, y en la actualidad atendemos una clínica. Tenemos una media de 110 voluntarios cada año y la financiación proviene casi al 100% de las organizaciones Fons Mallorquí y Fons Menorquí. En el caso del Aita Mari, contamos con convenios con el Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, Gobierno de Navarra y ayuntamientos.
Iñigo Mijangos: Además, parte importante de la financiación proviene de la organización de eventos culturales, músicos solidarios, mercadillos, agrupaciones vecinales, colectas populares y otras ayudas como la creación del KIT para rescatados.
Por último, ¿De donde proceden las personas que llegan, cómo son esas personas?
Izaskun Arriaran: Últimamente llegan huyendo de Somalia, Siria, Yemen, Congo, Eritrea, Afganistán… Aunque históricamente los dos grandes colectivos a los que hemos atendido y atendemos son los sirios y afganos, y también muchos procedentes de África. En la actualidad estamos viviendo un momento de mucha incertidumbre y de muchas devoluciones en caliente, por lo que cada vez es más difícil atenderles y generar confianza en ellos.
Iñigo Mijangos: Antes no había devoluciones en caliente pero ahora cuando llegan a la playa salen corriendo, huyen por el bosque y no podemos atenderles. Hay otras personas que llevan años entre nosotros y necesitan protección por haber sido victimas de torturas, o sufren graves problemas de salud o amputaciones. En la actualidad, Europa está negando la solicitud de asilo a los sirios. Y ya puede ser una familia que huye de su país por amenazas de muerte, que Europa les deniega la entrada. Hay mucha gente que está siendo devuelta, porque no pueden justificar que en su país hay un conflicto. Ese miedo genera en esa gente un estrés terrible y estamos teniendo muchos casos graves de problemas psicológicos.