Cuidar la mente a través del cuerpo

Conclusiones sobre los últimos estudios de neurociencia sobre la interacción cerebro-cuerpo. Recomendación de la neurocientífica Nazareth Castellanos.
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18/03/2020

Cuando pensamos en neurociencia lo más habitual es que visualicemos un cerebro o un gigantesco espacio oscuro lleno de conexiones neuronales en forma de luces y brillos que se encienden y apagan, emulando esa imagen de la galaxia neuronal de la que tanto nos habló el fallecido Eduard Punset en su programa Redes.

 

Punset hacía esa analogía simplemente para remarcar la complejidad de nuestro sistema nervioso.Pero la realidad es que a día de hoy todavía hay mucha, muchísima confusión sobre la conexión entre el cuerpo y la mente.

Creencias populares sobre la mente y el cuerpo

Recuerdo que hace no demasiado tiempo, en una conversación con un grupo de amigas sobre la ansiedad y el estrés, una de ellas comentó algo así: “a ver, que yo llevo años yendo al psicólogo…y me ha quedado muy claro que las cosas de la mente (señalando con su mano hacia el cielo) las trata un psicólogo o un psiquiatra y las cosas del cuerpo las trata un médico”.

Entonces, recuerdo que me reí mucho cuando otra amiga, psicóloga, le contestó irónicamente: “claro, claro porque tú… la mente… la tienes ahí arriba, fuera del cuerpo ¿no? los psicólogos nos ocupamos de la salud de la mente si, -dijo la psicóloga…pero es que ¡la mente está en el cuerpo!”.

La conexión cerebro-cuerpo

Tengo comprobado que esta creencia es muy común…la mayoría de la gente sigue considerando que mente y cuerpo son dos realidades o dimensiones diferentes de la persona, que ambas coexisten, pero que cada una va por su lado y que poco tienen que decirse la una al otro y el otro a la una.

Entonces, es normal que alguno se sorprendiera cuando, a la pregunta de qué podemos hacer para mantener una buena salud mental durante la crisis del coronavirus (con el estado de alarma, el estrés del teletrabajo, los deberes de los niños, la falta de contacto físico…) dirigida a Nazareth Castellanos, ella respondiera con un rotundo y sencillo:

-“Cuidar el cuerpo.”

¡Pero bueno!, ¿como es esto? yo creía que me iba a dar sofisticadas recomendaciones para gestionar pensamientos y emociones negativos y resulta que una de las neurocientíficas más prestigiosas de nuestro país, nos recomienda que pongamos toda la atención en el cuerpo…¿y las neuronas entonces? ¿dónde quedan las neuronas?

Es posible que nuestro cuerpo esté como encogido, como albergando nuestra preocupación y nuestros miedos (Nazareth Castellanos)

De verdad que yo les digo que esto de la neurociencia no es tan complicado como pensábamos…les aseguro que basta con escuchar durante un ratito corto a esta neurocientífica para entender que las neuronas no están solo en el encéfalo, que el cerebro se comunica todo el tiempo con el resto de órganos y que de cómo sea esa conexión depende en gran medida nuestra salud, nuestro bienestar y por qué no, nuestra felicidad.

-“Mi propuesta de felicidad para estos días, explica Castellanos, -pasa por conectar con el cuerpo. Lo que la neurociencia dice sobre esto es que existe una gran relación entre el cerebro y la postura corporal, por ejemplo. Así que estos días, que pasamos tanto tiempo en casa debemos cuidar mucho esto, porque es posible que nuestro cuerpo esté como encogido, como albergando nuestra preocupación y nuestros miedos”.

Esa es la propuesta de Nazareth Castellanos para sobrellevar mejor la situación generada por el coronavirus. Así lo ha podido explicar la neurocientífica en el World Happiness Fest, el festival mundial de la felicidad que, a pesar del coronavirus, se está celebrando virtualmente durante esta semana.

El cerebro y el cuerpo interaccionan

Castellanos hizo un repaso por los últimos estudios de neurociencia que están demostrando que, efectivamente, el cuerpo interacciona constantemente con nuestro cerebro y con nuestra mente. Y esto tiene un valor enorme cuando hablamos de bienestar y de felicidad. Porque la neurociencia deja de ser una disciplina circunscrita al terreno de los laboratorios (inaccesible y desconocido para el común de los mortales) y se convierte en una ciencia para la vida.

-“Se está viendo que las neurociencias tienen muchísima repercusión a nivel personal y a nivel social. Por ejemplo: la postura influye mucho en nuestra mente, en cómo nos sentimos. Quizás la mayoría de nosotros habría dicho que es lo contrario, que es nuestro estado emocional y lo que yo pienso, lo que influye en mi postura, que es como si nuestro cuerpo fuera un espejo de nuestro estado de ánimo. Pero lo curioso, lo que está descubriendo la neurociencia es que esa flecha va en los dos sentidos. Cuando yo estoy mal o estoy bien, mi cuerpo lo refleja, sí. Pero, la postura de nuestro cuerpo también influye en nosotros mismos. Varios estudios han demostrado que cuando nuestro cuerpo está encogido, cuando nos encogemos o tenemos una postura de recogimiento o de sumisión, podían verse afectados nuestros procesos cognitivos, nuestra atención, somos capaces de memorizar menos, prestamos menos atención a las cosas, porque si nuestro cuerpo está en una postura de sumisión, de tristeza, de encogimiento, nuestro cerebro interpreta que esto es porque no estamos bien, por tanto, los procesos cognitivos reflejan este malestar.”

Por eso, Castellanos recomienda que pongamos mucha atención a qué postura está adoptando nuestro cuerpo estos días que no salimos de casa…porque la postura afecta también a nuestra percepción.

-“No solo una postura corporal encogida afecta a nuestra atención y nuestra memoria, sino que, solo por el hecho de tener esa postura, nos hace aumentar el sesgo negativo, es decir: de todo lo que suceda a nuestro alrededor nos vamos a fijar más en las cosas negativas que en las positivas”.

Es como si nuestra postura corporal lanzara un mensaje a nuestro cerebro; un mensaje que el cerebro interpreta y utiliza para diseñar una respuesta. Por eso, es muchísimo lo que podemos aprender sobre estos enfoques de la neurociencia que nos están recalcando la interacción entre la postura corporal y el cerebro.

Si hay algo que se contagia, si hay algo que le gusta mucho al cerebro, es la sonrisa (Nazareth Castellanos)

-“Esto nos sugiere que es importante que a lo largo del día nos demos cuenta de cómo está nuestra postura, que aprendamos a ser conscientes de qué postura estamos teniendo porque este es un mensaje que nuestro propio cerebro va a interpretar”.

De modo que en nuestras manos está elegir posturas que nos ayuden a sentirnos mejor. Pero no solo posturas: también podemos elegir nuestros gestos.

-“Si hay algo que se contagia, si hay algo que le gusta mucho al cerebro, es la sonrisa.La sonrisa beneficia al sistema nervioso, cardiovascular, endocrino e inmune. Solo el hecho de sonreír, independientemente de que haya un motivo o no, es algo que pacifica nuestro estado emocional y de ánimo. Estas investigaciones nos invitan a modificar nuestra postura y pacificar sobre todo nuestro gesto. Sonreír cuantas mas veces mejor”.

El cuerpo por dentro

En lo relacionado con el cuerpo, pero esta vez por dentro, la neurocientífica expuso en su intervención durante el World Happiness Fest, los últimos estudios sobre la conexión del cerebro con el intestino, los pulmones y el corazón.

Explicó que ya se ha podido demostrar científicamente que la actividad de la microbiota, esos miles de bichitos que pueblan nuestro intestino, influye y regula la actividad bioquímica de nuestro cerebro y es uno de los grandes reguladores de nuestros estado de ánimo.

-“La microbiota parece ser el espejo que refleja cómo es nuestra alimentación y nuestro estilo de vida y como tal se lo comunica al sistema endocrino, al sistema inmune y al sistema nervioso”.

La neurociencia también está dando nombre y demostrando algo que las tradiciones orientales saben desde hace miles de años: que la respiración influye sobre el cerebro y que es una llave para moldear nuestros estados mentales.

Ralentizar nuestra respiración es algo que calma muchísimo el cerebro, que apacigua la respuesta de los sistemas emocionales (Nazareth Castellanos)

-“Todo aquello que compone el patrón respiratorio parece que tiene muchísima relevancia para el cerebro, así que, para estos días, -propone Nazareth Castellanos sería muy recomendable fijarnos en cómo estamos respirando a lo largo del día. Esos momentos en los que nos vemos por diferentes motivos secuestrados por una emoción, tenemos una llave que está totalmente en nuestra mano que es aprender a respirar un poco más lento. Ralentizar nuestra respiración es algo que calma muchísimo el cerebro, que apacigua la respuesta de los sistemas emocionales. Y eso, se ha demostrado que ocurre cuando respiramos por la nariz”.

En cuanto al corazón, Castellanos explicó que los estudios que están relacionando el corazón y el cerebro nos plantean una visión muy interesante sobre cómo percibimos el mundo.

-“Uno de los estudios más recientes dice que percibimos el mundo exterior cuando nuestro cerebro y corazón se sincronizan. Cuando nuestro cerebro no responde a los latidos del corazón, a veces perdemos ese contacto con el exterior”.

En definitiva, como concluyó la neurocientífica, el cerebro interpreta en todo momento lo que está haciendo el corazón, los pulmones y el intestino. Interpreta en todo momento cómo es nuestra postura corporal y qué gestos hay en nuestra cara.

Esa conexión cuerpo-cerebro que la neurociencia está demostrando, nos abre una posibilidad de intervenir en nuestros propios estados de ánimo a través del cuerpo

Y todo ello nos permite entender la recomendación de Nazareth Castellanos de cuidar el cuerpo durante los días que dure la crisis de coronavirus.

Esa conexión cuerpo-cerebro que la neurociencia está demostrando, nos abre una posibilidad de intervenir en nuestros propios estados de ánimo a través del cuerpo: podemos hacerlo corrigiendo la postura, sonriendo aunque no encontremos motivos, cuidando la alimentación, haciendo algo de ejercicio y utilizando la respiración para apaciguar situaciones de carga emocional…en definitiva, entendiendo e integrando la idea de que que el cuerpo es la llave para cuidar la mente.

Artículo publicado en: https://www.niusdiario.es/salud-y-bienesta