León XIV: una luz en tiempos de oscuridad

León XIV: una luz en tiempos de oscuridad

Manu Egaña Txopitea, miembro del Consejo Rector de Arizmendiarreta Kristau Fundazioa.
En una época marcada por una notable escasez de liderazgos humanistas, transformadores y sociales, la elección del Papa León XIV ha sido recibida como un signo de esperanza. Mientras el panorama global se ve sacudido por crisis ecológicas, desigualdad creciente y una economía que a menudo olvida al ser humano, el nuevo pontífice ha puesto en el centro de su misión, una propuesta clara y renovadora: la recuperación de la Doctrina Social de la Iglesia como brújula ética para el siglo XXI.
08/07/2025

La herencia de León XIII: un pensamiento que genera estructuras

El nombre escogido, León, no es un detalle menor. Es un homenaje explícito a León XIII, el pontífice que en 1891 publicó Rerum Novarum, la encíclica fundacional del pensamiento social católico moderno. Aquel texto fue revolucionario para su tiempo: por primera vez, la Iglesia se pronunciaba con claridad sobre las condiciones de los trabajadores, el papel del Estado, los derechos sociales y los límites del capitalismo liberal. Defendía la dignidad del trabajo, el derecho a organizarse, la función social de la propiedad y la necesidad de una economía moralmente ordenada.

Ese pensamiento marcó profundamente a José María Arizmendiarrieta. Él mismo lo reconocía: “La fuente de inspiración más fecunda del pensamiento cooperativo moderno ha sido la doctrina social cristiana, iniciada con la encíclica Rerum Novarum” (Arizmendiarrieta, Textos Básicos, Caja Laboral Popular, 1983).

El nombre escogido, León, no es un detalle menor. Es un homenaje explícito a León XIII, el pontífice que en 1891 publicó Rerum Novarum, la encíclica fundacional del pensamiento social católico moderno

Para Arizmendiarrieta, Rerum Novarum no era solo una referencia ideológica, sino una plataforma para actuar en la realidad.

Francisco y el impulso a la economía con alma

El nuevo pontífice también hereda el enfoque pastoral, profético y ecológico del Papa Francisco, de quien fue cercano colaborador. En continuidad con Laudato Si’ y Fratelli Tutti, León XIV pone énfasis en la dimensión espiritual y estructural de la economía. Considera urgente pasar de una lógica extractiva a una lógica generativa, en la que el mercado esté al servicio de la vida y no al revés.

Por eso, ha anunciado una Cumbre Mundial por la Economía Social y del Bien Común, orientada a promover modelos alternativos basados en los principios de la Doctrina Social: dignidad humana, destino universal de los bienes, solidaridad, subsidiariedad y participación.

Los desafíos de la economía social en el segundo cuarto del siglo XXI

La economía social, si bien ha ganado visibilidad, enfrenta hoy retos profundos. La globalización, la digitalización acelerada, la automatización, el poder de las plataformas tecnológicas y la crisis ecológica obligan a repensar sus modelos de escala, gobernanza y financiación. Sin marcos adecuados, el riesgo es que quede relegada a una zona de “economía de los márgenes”.

En un tiempo que muchos definen como de oscuridad moral, León XIV ofrece un liderazgo con raíces —las de León XIII y Arizmendiarrieta—, con visión estructural —la de Francisco—, y con alma cristiana, capaz de dialogar con creyentes y no creyentes desde la convicción de que otra economía es posible y necesaria

León XIV ha alertado contra una visión excesivamente idealista de la economía social que la convierte en una “alternativa simbólica”, sin capacidad real de incidencia. Ha insistido en la necesidad de repensar sus estructuras desde criterios de eficiencia con justicia, innovación con inclusión y crecimiento con límites ecológicos.

Propone también nuevas herramientas: bancos éticos globales, circuitos de capital paciente, redes de formación empresarial humanista, y métricas que valoren el impacto social más allá del beneficio financiero.

Un liderazgo con alma

En un tiempo que muchos definen como de oscuridad moral, León XIV ofrece un liderazgo con raíces —las de León XIII y Arizmendiarrieta—, con visión estructural —la de Francisco—, y con alma cristiana, capaz de dialogar con creyentes y no creyentes desde la convicción de que otra economía es posible y necesaria.

Leon XIV hace suyas las palabras que nos dejó Francisco: “La economía será humana, o será una forma nueva de violencia estructural. Nuestra fe nos llama a transformar no solo los corazones, sino también las instituciones”.