"Gravedad" de la deuda

"Gravedad" de la deuda

Rafa Pol, Unidad de Planificación estratégica de MONDRAGON
Sigue creciendo la deuda mundial, hasta el 238% del PIB en 2022. La situación, preocupante, aparentemente lo es menos porque “es un mal de muchos…”.
02/11/2023

Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de la tendencia alcista que está tomando la deuda mundial. ¡Y eso que su importe absoluto retrocedió en 2022 hasta los 219 billones de euros!

Aun así, se mantiene por encima de su nivel previo a la pandemia, que ya era muy elevado. En términos relativos, en 2022 la deuda global se situó en el 238% del producto interior bruto (PIB) mundial, 9 puntos porcentuales más que en 2019, según transcribe CEPREDE.

¡Bienvenidos al Planeta Deuda! El mundo se debe a sí mismo 2,4 veces más de lo que es capaz de producir anualmente.

Recientemente he podido ver la película Interestelar (Interstellar), sin poder evitar el encontrar una analogía entre estas ingentes masas de deuda y las de los grandes planetas, sometidos a una fuerza de gravedad enorme, mucho mayor que la de la Tierra. En ellos, nuestro peso se multiplicaría varias veces, si antes no termináramos apachurrados.

La relatividad de la deuda

Pero, lo que realmente me resulta interesante es otra particularidad que desencadena la existencia de una fuerza de gravedad diferente en dos planetas, y es que el tiempo transcurre de forma diferente en ellos, siendo más lento cuanto mayor es el planeta y su fuerza gravitatoria. Es lo que se denomina dilatación gravitacional del tiempo, que es una derivación de la Teoría de la Relatividad General de Einstein, que parece estar demostrada.

Siguiendo con la analogía, si la mayor gravedad implica vivir en un tiempo lento, y viceversa, nuestra mayor deuda, con toda su gravedad, en cierto modo implica que se nos está robando tiempo, al menos en términos relativos respecto a los que no la tienen, que probablemente avanzan hacia el futuro de forma fluida y ligeros de equipaje.

Hace algunas décadas esto lo tenían claro los gobernantes, y sin necesidad de recurrir a Einstein. Por ejemplo, en el Tratado de Maastricht un requisito para poder adoptar el Euro era el límite de deuda sobre PIB del 60% (la cuarta parte de lo que a nivel global ha registrado el FMI), pero todo eso parece haber saltado por los aires. Como ejemplo, España actualmente mantiene un 113%, habiendo llegado hasta niveles del 120% en años anteriores. Otros países de la UE nos superan: Portugal, Italia, Grecia… (por favor, no unan sus iniciales) y la media UE del 2022 fue del 85,1%.

Pero, ¿por qué nadie ha entrado en pánico? Para explicarlo, quizás haya que echar mano de la relatividad de nuevo: dado que el grado de endeudamiento de cada país es parecido, el avance en el tiempo aparenta ser acompasado, aunque lento. Mal de muchos…

En Interestelar, el mayor campo gravitatorio lo producía un gran agujero negro en cuyo centro el tiempo ya no transcurría, allí ya no había futuro. Pero no desesperemos, si la ven descubrirán que todo termina en un final casi feliz, esperemos que también sea nuestro caso.