Generación ‘Cómplices’

Generación ‘Cómplices’

Izaskun Santamaría, responsable de Comunicación Social y Mkt interno. Grupo EROSKI.
Convivimos cada día con las devastadoras consecuencias de la pandemia en lo referente a la marcha de la economía, la salud y el bienestar social. Hoy prima atender a lo realmente urgente. No podía ser de otro modo. Y así, los logros en materia de justicia e igualdad social de las últimas décadas parecen -y padecen- guardados en el cajón de pendientes, viviendo un letargo que por h o por b, no tiene fin.
03/02/2021

Sin embargo, la defensa de la igualdad plena está teóricamente amparada. La Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, contempla cómo aplicar el principio de Igualdad y la no discriminación de forma activa y transversal. Pero… ¡Ay en la práctica!

En 2020, la expansión del virus COVID-19 ha agravado las diferencias que ya existían, ha gestado auténticas brechas. ¿Por qué sigue ahí la distribución desigual de cargas y beneficios? Hay distintas respuestas, si bien todas deberían ir en la misma dirección; a favor de la igualdad efectiva. Quizás haya llegado el momento de pasar a planos más ambiciosos, porque la desigualdad de género no debe seguir ahí.

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Apuntes históricos

La igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres está en la base misma de los estatutos fundacionales de la Cooperativa Eroski, un principio básico y estratégico de la gestión en Eroski desde sus inicios en el año 1969.

No es que fuéramos una organización especialmente visionaria, ni quisimos adelantarnos a lo que años más tarde recogería la Constitución vigente desde el año 1978 en lo referente al principio de Igualdad y No Discriminación. El 83% de las personas de Eroski eran y somos mujeres. Sencillamente, no podía ser de otro modo. Se trataba de coherencia y justicia social.

Las personas que se unieron de manera voluntaria para dar a luz al grupo empresarial que hoy conocemos como Eroski pretendían terminar de una vez por todas, entre otras cuestiones, con la discriminación de la mujer en el mundo laboral, que en aquella época era una práctica corriente aceptada socialmente.

Y emparejado a ello, vendría la capacitación profesional y el empoderamiento económico que el salario retribuido suponía, lo que se traducía en una independencia económica del hombre, en libertad para hacer y decidir.

Pensemos, por ejemplo, que en aquellos años la mujer debía obtener el permiso paterno o conyugal para poder ser titular de una cuenta corriente, algo impensable hoy. Afortunadamente.

La cooperativa apostó, desde su fundación, por la promoción del trabajo femenino, en un entorno laboral donde las mujeres decidían en igualdad de condiciones que sus compañeros. Una persona, un voto.

Además, la retribución referencia por categoría profesional en Eroski es igualitaria entre hombres y mujeres. En paralelo, y a través de la formación continua, se posibilita el acceso de las personas a puestos de mayor responsabilidad.

Así las cosas, Eroski vivió los años de consolidación del proyecto empresarial, de crecimiento y de expansión, ajenos en cierta medida a la moneda de cambio que imperó en la sociedad en los duros años de la transición, en los que las tasas de desempleo se disparaban y que asoló especialmente a las mujeres, condenándolas a la precariedad laboral.

 Observatorio para la Igualdad

Pasados los lustros, en el año 2005, un grupo de personas voluntarias de Eroski conscientes de las desigualdades decide trabajar conjuntamente para atajar las internas, pero sobre todo las sociales. Nace así el Observatorio para la Igualdad de Eroski, que con el tiempo y para dar forma a sus planes de acción, creó el marchamo ‘Cómplices’ como marca para sus acciones en favor de la Igualdad. Sencillamente, porque cada persona cuenta.

Este fatídico 2020 el Observatorio de Eroski cumple 15 años de trabajo constante, y desarrolla una labor permanente que vela porque este principio esté presente en toda la organización. Más activas que nunca.

La agenda de ‘Cómplices’ está repleta de evidencias en favor de las acciones positivas, del trato preferente y las cuotas –a veces, ‘discriminación inversa’– para acabar con la marginación sistemática de personas o de grupos.

Una de las acciones con mayor difusión social de ‘Cómplices’ son los eventos que dentro del marco de Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) celebramos anualmente y que en 2020 ha cumplido su 7ª edición con un formato digital. Con el lema ‘Saber que se puede. Conversaciones en torno a la superación’ reunimos en un plató a tres personalidades, genuinamente resilientes, que prestan su testimonio a sendos documentales.

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Marina Marroquí, superviviente de la violencia de género, abre el ciclo de la edición anual de Encuentros ‘Cómplices’ y se completa con la terrible vivencia de Mbaye Gil, inmigrante que ha superado los estigmas de la inmigración y las conmovedoras confesiones de la alpinista Edurne Pasaban, que al tiempo que coronaba los 14 ochomiles del planeta se vio sumida en la más terrible de las depresiones, haciendo frente a tres intentos de suicidio.

Como de costumbre, este ciclo de entrevistas online se está abriendo paso en las aulas para hacer llegar su mensaje a las nuevas generaciones, protagonistas en la construcción de un futuro más justo para todas las personas.

Si el Observatorio para la Igualdad de Eroski supuso el embrión de la lucha activa en favor de la Igualdad y la Diversidad dentro y fuera de Eroski, también es responsable de haber impulsado la ‘Generación Cómplices’, ese grupo de personas empeñadas en construir un mundo mejor y más justo.

Ni un solo día desde su formación hemos perdido de vista la necesidad de generar una mirada holística en lo referido a la Igualdad.

Es cierto que hoy vivimos una perversa, falsa y peligrosa sensación de que las desigualdades se han diluido. Pero nosotras no cejamos en el empeño. Conscientes de que conseguirlo, y sobre todo perseguirlo, es una labor que concierne a toda la sociedad.

La suma de fuerzas es necesaria para el cambio igualitario que perseguimos. Desde estas líneas invitamos a las organizaciones que quieran trabajar conjuntamente a que abran sus puertas a la colaboración, de la sociedad y de otras organizaciones. La generación ‘Cómplices’ de Eroski acepta el reto y tiende su mano para trabajar en escenarios que impulsen pasos de gigante. El tiempo apremia y el punto de vista de género es hoy más necesario que nunca.

Por tanto, seamos cómplices. Porque cada persona, cuenta. Y mucho.