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Desconectar para reconectar: 10 claves para unas vacaciones que cuiden tu bienestar

Desde la óptica de una cultura de seguridad, salud y bienestar, entendemos que el descanso no es un lujo, sino una necesidad. Es parte de una estrategia de salud integral que nos permite volver con energía, motivación y equilibrio. Por eso, hoy compartimos 10 recomendaciones para que tus vacaciones sean verdaderamente reparadoras y te ayuden a cuidar tu salud mental.
1. Planifica tu desconexión con intención
No esperes a que llegue el último día para decidir qué harás en vacaciones. Planifica con antelación cómo quieres descansar: ¿necesitas naturaleza, silencio, movimiento, compañía, soledad? Define tus necesidades y diseña unas vacaciones que respondan a ellas. La desconexión empieza con una decisión consciente.
2. Comunica tu ausencia laboral de forma clara
Antes de irte, informa a tu equipo, clientes o colaboradores de que estarás desconectado. Deja un mensaje de ausencia en tu correo electrónico y, si es posible, delega tareas o establece una persona de contacto. Esto reduce la tentación de “echar un vistazo rápido” al correo y te permite soltar el control.
3. Apaga las notificaciones (sí, todas)
El móvil puede ser una fuente constante de interrupciones. Silencia notificaciones de correo, apps de trabajo y redes sociales. Incluso puedes desinstalar temporalmente algunas aplicaciones. Recuerda: no necesitas estar disponible todo el tiempo. Tu bienestar también necesita espacio.
4. Crea rituales de descanso
No se trata solo de “no trabajar”, sino de crear momentos que te conecten con el descanso. Puede ser un paseo al amanecer, leer sin prisa, cocinar algo nuevo, practicar yoga o simplemente mirar el mar. Los rituales nos ayudan a marcar el ritmo y a saborear el presente.
5. Cuida tu sueño
Dormir bien es uno de los pilares del bienestar mental. Aprovecha las vacaciones para recuperar horas de sueño (si las verbenas de verano te dejan), establecer horarios regulares y crear un entorno propicio para descansar. Evita pantallas antes de dormir y permítete despertar sin alarma cuando sea posible.
6. Muévete, pero sin exigencias
El movimiento es una fuente de energía y bienestar, pero no tiene por qué ser intenso ni competitivo. Caminar, nadar, bailar o andar en bici pueden ser formas placenteras de activar el cuerpo sin presión. Escucha lo que tu cuerpo necesita y muévete con amabilidad.
7. Desconecta también de las expectativas
A veces, las vacaciones se llenan de “debería”: debería aprovechar más, debería visitar más sitios, debería estar feliz todo el tiempo. Permítete vivirlas como vengan, con sus momentos altos y bajos. El descanso también incluye soltar la autoexigencia.
8. Conecta con lo que te nutre
Las vacaciones son una oportunidad para reconectar con lo esencial: la naturaleza, las personas que quieres, tus pasiones olvidadas, el silencio. Pregúntate: ¿qué me hace bien? ¿Qué me recarga? Y haz espacio para eso, aunque sea en pequeñas dosis.
9. Evita el multitasking vacacional
Intentar hacer muchas cosas a la vez también agota. Si estás con tu familia, estate con ellos. Si estás leyendo, lee. Si estás comiendo, saborea. Practica la atención plena en lo cotidiano. Estar presente es una forma poderosa de descanso mental.
10. Prepárate para la vuelta con suavidad
No vuelvas de golpe al ritmo frenético. Si puedes, deja un día libre entre el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo. Revisa tu agenda con calma, prioriza tareas y evita llenar el primer día de reuniones. Volver con suavidad es parte del descanso.
En resumen…
Desconectar no es huir del trabajo, es cuidarse para poder volver con más claridad, energía y motivación. Es un acto de responsabilidad con uno mismo y con los demás. Porque cuando descansamos de verdad, no solo ganamos nosotros: también lo hace nuestro entorno, nuestra creatividad, nuestra salud.
Así que este verano, hazte un regalo: desconecta para reconectar. Tu bienestar lo agradecerá.