Transición industrial y energética

Transición industrial y energética

Aritz Otxandiano Kanpo. Responsable de sostenibilidad del Grupo Fagor
El nuestro es un pueblo industrializado y, gracias a la riqueza que genera, hemos conseguido un alto nivel de bienestar. La industria arranca las materias primas de la naturaleza y las convierte en productos, para lo cual necesita mucha energía.
16/01/2024

Esta energía, al igual que ocurre con la energía que consumimos en otros ámbitos de nuestra vida como la vivienda, el transporte…, nos la han proporcionado los combustibles fósiles que nos llegan del exterior, pero, debido a la crisis climática, estamos obligados a sustituir esos recursos fósiles por fuentes de energía renovables producidas en nuestro territorio. Asumiendo que las energías renovables nos son imprescindibles, hay que definir cómo se va a llevar a cabo su despliegue.

En primer lugar, se requiere una adecuada organización territorial que combine adecuadamente la producción de energía con el resto de funciones que debe desempeñar el territorio, como la producción de alimentos, la gestión de los recursos hídricos, la conservación de la biodiversidad, etc.

En segundo lugar, el modelo importa. Lo deseable para mí es hacer todo lo posible en modelo distribuido, a través del autoconsumo fotovoltaico, la bomba de calor, la energía solar térmica, la biomasa y las comunidades energéticas. El potencial energético de nuestros tejados y bosques es significativo y debemos aprovecharlo al máximo, pero para ello es necesaria una estrategia que lo haga posible.

“Me parece imprescindible que la ampliación de las infraestructuras renovables se haga en colaboración con otras políticas para favorecer el desarrollo y el bienestar de los territorios que las van a recibir”

Sin embargo, solo con eso no es suficiente porque, aun reduciendo drásticamente el consumo energético, los tejados y los bosques no pueden aportar toda la energía que necesita una sociedad industrializada como la nuestra. Además, sólo con tecnología fotovoltaica no se puede conseguir un sistema eléctrico con alta participación de renovables, y menos en Euskal Herria, donde tenemos muchos días sin sol. Un sistema eléctrico renovable necesita tres componentes básicos para ser viable: energía fotovoltaica, energía eólica y almacenamiento. Sin la complementariedad de estas tres tecnologías, no es posible conseguir un sistema eléctrico en el que las renovables tengan una presencia significativa. Por lo tanto, el autoconsumo fotovoltaico que se realiza en los tejados no es suficiente, también necesitamos energía eólica, junto con diferentes sistemas de almacenamiento de energía. En cuanto al desarrollo de la energía eólica, me parece importante que el control de estas infraestructuras estratégicas para el desarrollo socio-económico esté en manos de las instituciones públicas, empresas y ciudadanos del territorio que las reciban. En este sentido, el modelo propuesto recientemente por Statkraft y Krean me parece muy interesante.

Por último, considero imprescindible que el despliegue de las infraestructuras renovables se realice en colaboración con otras políticas que favorezcan el desarrollo y bienestar de los territorios a los que van dirigidas. Por ejemplo, con el fomento de actividades económicas propias del medio rural, como la producción de alimentos. O, con medidas destinadas a la conservación de la biodiversidad, apostando por otro modelo forestal, por ejemplo. Hay discursos que dicen que el despliegue de estas infraestructuras es incompatible con las realidades y necesidades de los núcleos rurales. Yo no comparto esta opinión y vivo en una zona rural donde está prevista una infraestructura de este tipo. Pueden ser compatibles si se hace con moderación y bien.