El coronavirus castiga a las personas más pobres del planeta

El coronavirus castiga a las personas más pobres del planeta

Mundukide
La pandemia actúa con indiferencia ante países y personas, pero una vez más, las mayores consecuencias las están sufriendo las personas más pobres del planeta. Los confinamientos, además de lo que están afectando a la educación, a los sistemas sanitarios, a la seguridad alimentaria y a la economía, golpean directamente en diferentes ámbitos cotidianos a millones de personas que viven en situación vulnerable.
29/04/2021

MOZAMBIQUE

En Mozambique, ya se estimaba que 1,6 millones de personas padecían enfermedades graves e inseguridad alimentaria en febrero de 2020. La mayoría vive en contextos de cambio climático y conflicto, pero a raíz del Covid-19 están aumentando aún más estas cifras, con un incremento en las necesidades y mayor inseguridad alimentaria como consecuencia tanto de la propia pandemia como de los esfuerzos de contención. Y si esto no fuese suficiente, la provincia de Cabo Delgado está sufriendo graves consecuencias a causa del conflicto armado originado en octubre de 2017. Ante el terrible escenario, Mundukide apuesta por seguir ofreciendo a las familias campesinas un amplio abanico de opciones productivas a través de una innovadora metodología que abarca toda la cadena de valor. Al mismo tiempo, estamos tratando de responder a la emergencia de las 600.000 personas desplazadas internas que por causa de los atentados terroristas están viniendo desde los distritos del norte de la provincia hacia la zona donde estamos trabajando desde hace más de 19 años. La labor se centra en la distribución de materiales para la construcción de casas temporales y en prestar asistencia técnica para construir huertas y producir alimentos para sobrevivir.

ETIOPÍA

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Incluso antes de que golpeara la pandemia, Etiopía estaba luchando contra una invasión de langostas del desierto a gran escala que afectaba a cerca de 1millón de personas, una escasa perorata que perturbaba el sector agrícola, altos niveles de inseguridad alimentaria y brotes de cólera, sarampión y fiebre amarilla. En marzo de 2020 se decretó el estado de alarma en Etiopía para 5 meses, lo que pareció excesivo, y al pasar los meses las medidas se relajaron. La situación de alarma que se ve en Europa no se ve reflejada en Etiopía, la vida sigue bastante normal a pesar de las medidas de distanciamiento que muchas veces no se cumplen por hábitos culturales. Las prácticas tradicionales y la conciencia pública limitada, agravada por la pobreza, podrían empeorar aún más la trayectoria de la pandemia de manera significativa.

Los proyectos han tenido que ser replanteados dada la situación para buscar soluciones o nuevas oportunidades, puesto que el 90% de la población de Oromía trabaja en la agricultura y depende de monocultivos. El impacto deseado del proyecto es que el mayor número de familias consigan salir de la pobreza y que con las nuevas capacidades adquiridas generen rentas que cubran sus necesidades y las de sus hogares a través de la producción de nuevos cultivos, una mejor gestión agrícola, de la mejora del acceso a insumos y créditos. Todo ello conseguido a través de un proceso de empoderamiento que favorezca la autonomía de las familias, la resiliencia frente a las crisis, y no depender de la ayuda externa, haciendo hincapié en las familias encabezadas por mujeres.

BRASIL

En Brasil la pandemia está siendo una de las más severas en el mundo. Es el segundo país con más víctimas mortales después de EE.UU. Sin embargo, debido a la falta de pruebas para detectar el virus, se estima que las cifras sean aún mayores.

La crisis ha obligado a estrechar los lazos de intercooperación entre el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra y Mundukide para preservar la salud de sus personas y proteger al máximo el deterioro de las actividades económicas.

La crisis del Covid-19 ha marcado mucho el trabajo respecto al Programa en el 2020 y hasta el día de hoy. La asistencia a las cooperativas se realiza telemáticamente y no se han realizado formaciones o actividades que implican la movilización o el agrupamiento de personas. La previsión para el 2021 es de continuidad de crisis sanitaria por el bajo ritmo de vacunación que tiene Brasil. Así en el 2021, tenemos dos retos importantes. Primero, implementar un sistema de formación a través de una plataforma e-learning digitalizando el proceso y contenido formativo del que ya disponemos. Y segundo, mantener la asistencia a las cooperativas sea telemáticamente o con encuentros limitados cuando se den las condiciones. Los ámbitos geográficos son los definidos en el Plan estratégico del Programa Brasil 2021-2023. En los tres estados del sur priorizaremos la asistencia a cooperativas ya consolidadas a través de los grupos de acompañamiento. El apoyo al esfuerzo de comercialización cooperada del MST será la base de nuestro trabajo en Sao Paulo. Y en el nordeste, continuar con la puesta en marcha y consolidación de cinco agroindustrias en el estado de Ceará será el trabajo central del programa.

ECUADOR

La crisis del Covid-19 supone una amenaza particularmente destacable para el empleo, tanto en términos de reducción de la cantidad de empleos como de deterioro de su calidad. Por un lado, muchas empresas han reducido su demanda de personas empleadas ante la paralización o disminución de su actividad económica. Por otro, muchas personas trabajadoras no han podido desempeñar sus labores debido a las medidas de confinamiento, en especial aquellas cuyas labores no se pueden desempeñar a través de modalidades de teletrabajo, o que no tienen acceso a las tecnologías necesarias para ello. En cuanto a las mujeres, ahora están más expuestas a violencia íntima por parte de su pareja u otras formas de violencia doméstica debido al acrecentamiento de tensiones en el hogar. Una caída en sus ingresos podría crear mayores obstáculos para dejar una pareja violenta. En Ecuador en 2019 6.5 de cada 10 mujeres han sufrido de algún tipo de violencia basada en género en algún punto de su vida.

El confinamiento, las restricciones de movilidad y el miedo al contagio han retrasado el diagnóstico a realizarse en Frontera Norte. Cuando las medidas ante la pandemia lo han permitido se han realizado visitas a diferentes organizaciones con el fi n de identificar los actores locales con quien trabajar como la Corporación Toisán, ubicada en el valle de Intag, cantones Cotacachi-Otavalo. El siguiente paso será el diseñar junto a la Corporación Toisán, una propuesta enfocada a la construcción participativa de un modelo organizacional que logre unificar y optimizar la operación comercial de una decena de empresas asociativas que producen alimentos sanos y productos de primera necesidad. En una segunda línea de actuación, continuamos trabajando con la asociación agro artesanal de producción de cacao y guayusa llamada WIÑAK. Siempre y cuando las condiciones lo permitan, finalizaremos la fase previa de recopilación de información y realizaremos el diagnóstico y la planificación.

COLOMBIA

En Colombia existen 8,5 millones de personas en situación de pobreza multidimensional, aquella que mide no solo los ingresos, sino también el acceso a la vivienda, la salud y el trabajo o el rezago escolar, entre otras variables. Sin embargo, entre el 2018 y el 2019 salieron de esa condición 615.000 colombianos y colombianas, no obstante, dicho indicador está ahora amenazado por las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Al igual que el colectivo de personas recicladoras pertenecientes a la cooperativa Coemprender, que a pesar de poder salir a trabajar no consiguen recopilar suficientes cantidades de material por el aumento de recicladores espontáneos.

Tras tres años de trabajo conjunto con uno de los colectivos más vulnerables del país, Mundukide trata se seguir aumentando las capacidades técnicas, políticas y de resiliencia de las personas integrantes de la cooperativa, a través de una estrategia integral de capacitación, asistencia técnica y de trabajo en red que repercuta en la mejora de procesos internos y sistematización, de reuniones, toma de decisiones y procesos operativos fuera y dentro de la cooperativa. Otro de los objetivos es conseguir y fortalecer un sistema operacional conjunto con la alcaldía para influir en el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS) y mejorar las condiciones del colectivo. La segunda línea de cooperación en Colombia la realizamos junto al colectivo de Mujeres Indígenas Pasto, principalmente en el ámbito de los derechos económicos y sociales, para que el colectivo además de tener acceso a una alimentación adecuada, consiga un nivel de vida adecuado y una mejora continua de sus condiciones de subordinación y vulnerabilidad de las diferentes formas de abuso.

Fuente: Mundukide