Julen Iturbe-Ormaetxe: "La participación debe manejar fechas de caducidad"

Julen Iturbe-Ormaetxe: "La participación debe manejar fechas de caducidad"

Julen Iturbe-Ormaetxe
Interesante artículo de Julen Iturbe-Ormaetxe sobre la participación, escrito en su blog:
20/06/2011

Los esfuerzos continuados en el tiempo suelen acabar pagándose. Lo que empieza con ilusión se va resquebrajando y la magia del comienzo se va diluyendo en mil y un pequeños detalles que conducen al precipicio. Manejar los tiempos se convierte, no cabe duda, en una de las claves de la arquitectura de cualquier proyecto participativo.

La primera pregunta lógica respecto a la participación es: ¿siempre y por parte de todo el mundo? Pedir es gratis. Querer que la gente ponga sus cinco sentidos y su alma en contribuir es bonito. Pero irreal. Hay quien reivindica el derecho a estar callado. Hay quien se siente más a gusto en la sombra y quien, por contra, necesita la luz de unos focos que lo señalen. Hay quien escucha. Y quien toma notas. Hay quien imagina. Todas son formas de participar. Y no siempre hace falta vocear ni levantar la mano.

Las acampadas están sometidas a una regla dura: el tiempo las debilita. Lo que tiene sentido como un acto de rebeldía y hartazgo necesita un final que provoque otro comienzo. El movimiento continuo, lineal y previsible es su tumba. Y terminar con algo que ilusiona es duro. Solo adquiere verdadero sentido si se piensa en que esto es una carrera de fondo.

No obstante, este principio de caducidad es de aplicación casi universal. Muy poca gente -hay que tener mucha fe- es capaz de mantener un constante flujo de participación. Lo normal es que haya momentos en que te convence más jugar un rol activo pero junto a otros en que no le ves demasiado sentido. Por supuesto, depende de cuál sea la cuestión, de lo que ves en juego, de lo que podemos ganar o perder. Es decir, es una decisión personal, que coloca el momento concreto en una secuencia y que decide qué es lo que el cuerpo pide.

Pienso también en el proyecto que tenemos en marcha ahora mismo con el Gobierno Vasco dentro de su Plan de Innovación Pública. Me refiero a las comunidades de práctica y equipos de innovación. Las primeras representan un cierto intento de formalizar, hasta cierto punto, estructurar informales. Piensan en unas relaciones de medio-largo plazo mediante las cuales quienes comparten esos espacios puedan salir ganando en lo profesional. Complicado asunto que requiere metodología y mano izquierda. Por contra los equipos de innovación, más vinculados a asuntos concretos, pueden trabajar con un enfoque de guerrilla: llegan, se organizan, actúan en la medida de sus posibilidades y se disuelven con la satisfacción de una serie de mejoras aportadas.

Muy poca gente mantiene en el tiempo la tensión de una participación intensa. Cada momento pide un tipo de compromiso, personal y colectivo. Los grandes proyectos de largo plazo necesitan otro tipo de estructuras. Pero el momento presente es un buen reto para plantear alternativas de organización. No digo que desaparezcan los grandes proyectos pero muchos pequeños proyectos también conforman un gran proyecto. Y se juega con reglas diferentes. Este es el reto: disolverse y permanecer.

Escrito por Julen Iturbe-Ormaetxe
Publicado originalmente en: http://blog.consultorartesano.com/2011/05/la-participacion-debe-manejar-fechas-de-caducidad.html
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