En el cuidado de mayores nuestro horizonte debe ser la autonomía de la persona

En el cuidado de mayores nuestro horizonte debe ser la autonomía de la persona

Mariaje Zabaleta, directora de GSR
Las residencias de ancianos se han encontrado en el epicentro del drama y el cuidado de mayores ha emergido como foco de atención social.
07/07/2020

Si algo ha quedado en evidencia en esta pandemia es la vulnerabilidad de nuestros mayores. Se estima que en España la letalidad asciende al 17,9% en los pacientes mayores de 80 años.

Haciendo un zoom, donde más ha afectado la Covid-19 ha sido en las residencias de mayores. Es un entorno de gran vulnerabilidad al tratarse de un lugar cerrado donde es difícil evitar el contacto entre los numerosos residentes. Si sumamos el factor de la avanzada edad y el de las patologías crónicas, tenemos la tormenta perfecta. Las residencias de ancianos se han encontrado en el epicentro del drama y el cuidado de mayores ha emergido como foco de atención social.

EL FUTURO DEL CUIDADO DE MAYORES

En este mundo mediático y de opinión no siempre fundamentada, se están escuchando muchas voces solicitando nuevas políticas cara a futuro, políticas en la dirección de reforzar y reformular la atención a nuestros mayores.

Desde mi perspectiva, si hay un concepto que puede servir de horizonte para alinear la acción de los muchos agentes implicados es el de la autonomía de la persona. Es un elemento fundamental para impulsar un envejecimiento activo y para lograr la mejor calidad de vida posible. Con visión a medio y largo plazo, podemos identificar una serie de estrategias prometedoras en esa dirección:

  • Potenciar el cuidado en el domicilio para que los mayores puedan estar en casa el mayor tiempo posible. Es su entorno natural y a casi nadie le gusta salir de casa. La implementación progresiva de nuevas tecnologías interconectadas entre familiahogar- instituciones permitirá un mayor seguimiento de la salud y calidad de vida en remoto, lo que supondrá un salto cualitativo relevante.
  • Trabajar la auto prevención desde casa, sensibilizando acerca de hábitos de vida saludables: alimentación, ejercicio, descanso, relaciones, etc.
  • Unificar sistemas sociosanitarios entre instituciones para que la información fluya adecuadamente y las intervenciones sean más eficientes (hospitales, centros de salud, SAD, residencias, etc.).
  • Readaptar los centros de día e incluso las residencias para abrirse a la sociedad y hacer más públicos los servicios y actividades que se desarrollan. El uso mixto entre residentes internos y mayores externos permitiría enriquecer y permeabilizar el ecosistema actual y futuro.

 

UN ENORME APLAUSO A LAS CUIDADORAS

En nuestra actividad las cuidadoras ocupan un rol central, determinante cara a los residentes y a sus familias. Siendo una labor exigente de por sí, esta situación de pandemia ha tensionado y dificultado todavía más su labor, teniendo que incorporar nuevos protocolos de higiene y prevención entre otras medidas. Y más allá de tener que interiorizar nuevas formas de trabajar y asumir una mayor carga de trabajo, han tenido que afrontar en primera persona los miedos inherentes a la posibilidad cierta de contagio.

Ellas son y serán las verdaderas protagonistas de esta historia y, si podemos extraer algo valioso de esta crisis, que sea darles la visibilidad que merecen y el justo reconocimiento social a la labor que desempeñan.

La implementación progresiva de nuevas tecnologías interconectadas entre familiahogar- instituciones permitirá un mayor seguimiento de la salud y calidad de vida en remoto.