A vueltas con el papel del Servicio de Prevención

A vueltas con el papel del Servicio de Prevención

Osarten
Podría parecer que a estas alturas está fuera de lugar hablar del papel del Servicio de Prevención. Sin embargo observamos que se siguen haciendo interpretaciones de este papel, que a nuestro entender conviene aclarar.
13/07/2017

No se trata de recordar lo que dice la legislación acerca de las funciones del Servicio de Prevención, sino de enfocarnos más en las interpretaciones que en la práctica se dan de ellas, y el impacto que tiene en un adecuado desarrollo de la cultura preventiva.

¿Qué es un Servicio de Prevención?

Expresado de una forma coloquial, un Servicio de Prevención podría entenderse como una organización regulada legalmente, que se dedica a asesorar en prevención de riesgos laborales a las empresas. En la práctica, ¿cuál es el papel del Servicio de Prevención? Ayudar a la empresa asociada a desarrollar la actividad preventiva. Realizar evaluaciones de riesgos, asesorar en la elaboración de planes estratégicos y planes de gestión, colaborar en el desarrolla e implantación de sistemas, formar, realizar la vigilancia de la salud, etc.

Hasta aquí todo bien, sobre el papel. Sin embargo, observamos que en la práctica, nos encontramos aún con interpretaciones poco eficaces del papel del servicio de prevención, que se corresponden con la actitud, concienciación y creencias de los directivos, mandos y trabajadores de las empresas a las que asesoran. En definitiva, de su nivel y tipo de cultura preventiva. Si se mantiene la creencia, bastante habitual aún, de que la responsabilidad de la prevención es del servicio de prevención y en concreto de las personas que se encargan de la prevención en la empresa, es evidente que se pretenda que su papel no sea exclusivamente asesor. Además de que esta interpretación no se corresponde con los principios de la ley, sus consecuencias nos llevan a la ineficacia que hemos sufrido desde hace mucho tiempo y que aún hoy se mantiene en muchas empresas.

Técnicos del servicio de prevención

Cualquier creencia tiene consecuencias y la de que son los técnicos del servicio de prevención los que están al cargo de la prevención también. Aquí tenemos algunos ejemplos de las consecuencias que esto tiene:

■ Si se mantiene la creencia de que la responsabilidad de la prevención es del servicio de prevención, es más fácil que las empresas tomen una actitud pasiva frente a la prevención esperando a ser empujados por los técnicos. Sin embargo, al entender, tanto dirección, mandos y trabajadores, que no es cosa suya, ese empujón que reclaman a los técnicos, es mal recibido cuando se da, ya que se percibe como algo que complica las cosas, que incomoda, y que pretende cambiar comportamientos, actitudes, prioridades, etc…

■ Por la mente de directivos, mandos y trabajadores cruzarán pensamientos como, “pero ¿por qué cambiar, si no es cosa mía?”.

■ Esto nos lleva a entender por qué se reclama por parte de los trabajadores tanta visibilidad a los técnicos en el taller. Aún siendo deseable esta visibilidad, es evidente que si los técnicos son los que tienen que solucionar todos los problemas que se reclaman, han de estar en todos los lugares en los que se generan. Los números no dan.

■ Por otro lado la gestión de la prevención precisa de una gran cantidad de documentación que constantemente hay que hacer, rehacer, revisar, etc. Si el servicio de prevención es el responsable de la prevención, parece lógico que con esa creencia también sea el que se encargue de todo ello. Esto hace que una gran carga administrativa se concentre en pocos recursos, lo que hace que la reclamada visibilidad de los trabajadores no sea percibida por estos, ya que “sólo se dedican a hacer papeles”. Esta forma de pensar hace que sea tomado como una dejación de las funciones de los técnicos, y del servicio de prevención, que como son los responsables deberían de estar en el terreno, haciéndose cargo de la prevención, continuamente.

Podríamos continuar con estos argumentos, pero al final lo que todo esto nos lleva, entre muchas cosas, es a una gran ineficacia, ya que es muy difícil evolucionar en prevención de esta manera. Por otra parte supone una enorme insatisfacción y desmotivación por ambas partes, servicio de prevención por un lado y trabajadores, mandos y dirección, por otro.

De una vez por todas asumamos la responsabilidad y el papel que de forma natural le toca a cada uno. De esta manera en lugar de percibirnos enfrentados, servicio de prevención y dirección, mandos y trabajadores, nos percibiremos en el mismo barco y con la misma dirección

Mejorar la comunicación y la coordinación

Esto supone cambiar la creencia acerca de quién es responsable de la prevención, entendiendo que no es algo ajeno a cada cual, ya que nadie salvo uno mismo puede decidir finalmente sobre cómo actuar frente a los riesgos a los que se expone, y sobre los que genera a otros con sus decisiones y comportamientos. No hablamos del servicio de prevención, sino de dirección, mandos y trabajadores.

El Servicio de Prevención, con su conocimiento y autoridad técnica, se colocará entonces en su auténtico papel: ayudar a los anteriores a que pongan en práctica su responsabilidad sobre la prevención.

Con la mejora de la comunicación y la coordinación entre las áreas productivas y el servicio de prevención podremos conseguir que la seguridad y salud sea más eficaz al estar integrada en el sistema productivo y liderada por dirección y línea de mandos. Como resultado la estrategia preventiva y la estrategia empresarial estarán alineadas y dejarán por fin de estar enfrentadas.