Unesco reconoce a las cooperativas como “patrimonio de la humanidad”

Valora la aportación mundial y transformadora del movimiento cooperativo en su conjunto. El reconocimiento debe traducirse en una mayor protección y salvaguarda de las cooperativas por parte de gobiernos y agencias mundiales.
10/02/2017

La Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), acaba de incluir en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a las cooperativas, su idea y la práctica de los intereses comunes organizados en este tipo de empresas. La decisión fue adoptada por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrado el pasado mes de diciembre en la ciudad de Addis Abeba (Etiopía), y cuyos dictámenes acaban de ser redactados y publicados.

La Unesco reconoce de esta forma la aportación mundial y transformadora del movimiento cooperativo en su conjunto

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial es el instrumento jurídico internacional que desde 1992 trata de dar respuesta a las posibles amenazas sobre el patrimonio derivados de los procesos de globalización y de las transformaciones sociales que continuamente estamos viviendo.

La importancia de este reconocimiento, patrimonio cultural inmaterial, no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el valor social y económico de esta transmisión de conocimientos; es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un estado y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados.

Reconocimiento a la cooperación

La Unesco reconoce de esta forma la aportación mundial y transformadora del movimiento cooperativo en su conjunto y describe a las cooperativas como entidades que “permiten la construcción de comunidades a través de intereses y valores compartidos, creando soluciones innovadoras a los problemas sociales, generando empleo y ayudando a las personas a construir proyectos”.

Desde ahora, el movimiento cooperativo forma parte, de manera oficial, del patrimonio mundial común, lo que debe traducirse en una mayor protección y salvaguarda, por parte de gobiernos y agencias mundiales, de las cooperativas y las organizaciones que velan por su continuidad.