Juan Mari Uzkudun publica “Un directivo de los nuestros”

Una nueva propuesta para generar un cambio en la manera de ejercer del directivo, en pos de una empresa sostenible e inclusiva.
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18/02/2019

¿No debería primar el desarrollo a largo plazo de la empresa sobre los resultados a corto plazo? ¿No son las personas el principal activo, y el directivo el responsable de su desarrollo? Este libro reflexiona sobre estas y otras cuestiones intentando generar un cambio en la manera de ejercer del directivo, para construir un futuro empresarial sostenible e inclusivo. Uzkudun afirma que “el directivo que necesitamos para construir el futuro de nuestras empresas es una persona que dirige personas, y que las dirige porque se siente íntimamente parte del equipo que forman”. Es “uno de los nuestros”, que asume que esa responsabilidad y ese servicio a todas las personas que conforman una empresa.

La publicación, opera prima del autor, pretende abrir las ventanas de la gestión empresarial competitiva a un enfoque diferente, un impulso vital, una visión de futuro mucho más participativa, sostenible e integradora.

Juan Mari Uzkudun es un exdirectivo de las cooperativas, que desempeñó varios cargos en Fagor, Copreci y en la propia Corporación y que tras su jubilación fue también presidente de Gipuzkoa Berritzen desde 2007 hasta 2014.

Juan Mari Uzkudun, autor del libro “Un directivo de los nuestros”

“Otra empresa es posible, y necesaria”

Uzkudun liburua

Aludes en tu libro a la”necesidad de un directivo diferente”. En tu opinión, ¿cuáles son las tres características indefectibles de un directivo de nuestros tiempos?

“La empresa cooperativa hoy, en el XXI, tiene la oportunidad de desarrollarse cualitativamente, participativamente, contribuyendo decisivamente a la transformación de la sociedad. Es un reto y una obligación ética que tiene”.

El nuevo directivo, el directivo de los nuestros se distinguirá por sustituir el miedo (a las consecuencias) por la confianza del “nosotros” que construye. Un cambio emocional. También lo hará por su proximidad a todas las personas, considerándose uno de los nuestros, desterrando diferencias y estatus, generando equipos inclusivos.

Y, finalmente, será un emisor de juicios diferentes. Para un directivo de los nuestros la empresa es un conjunto de personas que necesitan desarrollarse como tales, y como equipo, hacia mayores capacidades. 

Dedicas un capítulo entero a “Empresa y ética” en el contexto del “descalabro ético del sistema económico. ¿Qué aportación práctica puede hacer el modelo cooperativo a este debate?

Ya la está haciendo y deberá hacer más. El sistema imperante busca la maximización de beneficios. Todo vale para lograrlos. Y así, ha propiciado los efectos conocidos por todos. Frente a ello el modelo cooperativo limita desigualdades, amortigua impactos, es muy superior en la construcción social. Otra cosa es que desde su “ética propia”, el modelo cooperativo debe hacer mucho más por lograr sus aspiraciones transformadoras.

En el libro se habla mucho del “nosotros” mayestático y de la participación. Haciendo de abogado del diablo: ¿no estamos idealizando, quizá sublimando, el concepto de participación?

No. La participación es una condición básica. La renuncia a ella, sería un modelo paternalista: hay quien “sabe” lo que es bueno para todos, aunque éstos no lo quieran. La empresa moderna no puede sobrevivir, no tiene sentido, si no aportan y se integran todas las personas. Y sólo contribuye quien participa. El sociólogo y economista americano Jeremy Rifkin lo dice perfecto: participo luego existo.

Por cierto, ¿qué influencia ha tenido tu pasado cooperativo en la elaboración de este ensayo?

TOTAL. Sólo desde la experiencia cooperativa se llegan a conocer, en la práctica, aspectos ocultos de la empresa como ente, como organización de la sociedad para avanzar, para generar riqueza. El ensayo intenta fundamentar que otra empresa, más inclusiva, es posible y necesaria.

¿Alguna cosa que te gustaría destacar?

La empresa cooperativa hoy, en el XXI, tiene la oportunidad de desarrollarse cualitativamente, participativamente, contribuyendo decisivamente a la transformación de la sociedad. Es un reto y una obligación ética que tiene. Una obligación de todas las personas, y más, de los más responsables.