Capadocia, un delirio ecológico

Capadocia, un delirio ecológico

Eukeni Olabarrieta, sendagile eta bidaiaria
Hace unos treinta millones de años los volcanes de la Anatolia Central empezaron a vomitar cantidades enormes de lava, cenizas, roca, que cubrieron la región. La ceniza se fue solidificando formando la toba, un material fácilmente erosionable, que en muchos sitios quedó cubierta por placas de dura roca volcánica.
2014/01/10

La acción erosiva del viento, el agua, y los cambios de temperatura moldearon a lo largo de millones de años extraordinarias formaciones de caprichosas formas alargadas, cónicas, en pedestal, etc.. Pero además la toba es fácil de trabajar y ello permitió la construcción de ciudades subterráneas y viviendas excavadas en la roca, las viviendas trogloditas. Y es que en Capadocia hay muchas cosas que ver: las ciudades subterráneas, las chimeneas mágicas, los campos de toba erosionada, el valle de Uchisar, el valle de Göreme, el valle de Ilhara…

Todo ello se encuentra en un radio de 30 km alrededor de Nevsehir, capital de la Capadocia, y que es un buen punto de partida para recorrer la región. Desde aquí suele haber vuelos directos a Nevsehir, el aeropuerto es pequeño, y los trámites se hacen en 5 minutos. Y nada más salir del aeropuerto se puede empezar a disfrutar de la Capadocia. Y vamos a iniciar el recorrido por las ciudades subterráneas. Hay unas 600 de las que solo 36 están exploradas, siendo las de Derinkuyu, Ozkonak y Kaimakli, las más visitadas.

Derinkuyu es la más grande en extensión y profundidad, tiene 20 niveles o pisos y 85 m de profundidad. Es como un panal de túneles, que cuenta con alojamientos, establos, escuelas, iglesias, comedores, cocinas, bodegas, prensas para el vino y el aceite, almacenes, tiendas artesanales, zonas de ocio y hasta tabernas. Pero lo que más llama la atención son los avances arquitectónicos y las tecnologías que se utilizaron para su construcción. Disponen de un sistema de megafonía que permite comunicarse por toda la ciudad, un sistema de ventilación que aseguraba una circulación constante del aire por toda la ciudad y una temperatura estable. Un río subterráneo y un sistema de canalizaciones proporcionaba agua para beber, asearse y limpiar las letrinas.

El sistema de protección frente a agresores externos es una maravilla. Las galerías, algunas muy estrechas, se podían cerrar y aislar mediante puertas circulares como ruedas de molino, incrustas pero que se deslizan por un surco de piedra en el suelo, de forma que solo se podían abrir desde un lado. Hechas de un material distinto, muy duro, eran casi imposibles de romper, por lo que una vez cerradas la ciudad se convertía en una fortaleza inexpugnable. Estas ciudades se comunican entre si por túneles kilométricos, como carreteras subterráneas, y podían alojar unos 30.000 habitantes las más grandes.


El imperio zoroastriano

Pero ¿por qué o para qué se construyeron? ¿quién las construyó? ¿cuando?
La Capadocia formó parte del imperio zoroastriano, persa en sus raíces. Y en los textos sagrados de los zoroastrianos, en el Bundahishn y en el Vendidad,  se cuenta que Ahura-Mazda, el dios bueno, salva a toda la humanidad de un cataclismo global encargando al profeta Yima la construcción de un refugio subterráneo, al igual que en la Biblia Yahvé encargó a Noé la construcción de un arca. Solo que en este caso el cataclismo era una glaciación, la última, ocurrida hace unos 13.000 años. ¿Tienen 13.000 años o más estas ciudades?

Algunos arqueólogos dicen que fueron construidas por los hititas hace unos 4.000 años para defenderse de las invasiones. Otros dicen que fueron los frigios hace 3.000 años. También fueron utilizadas por los cristianos en la época en que sufrían persecución. No hay duda de que fueron construidas para defenderse de algo o de alguien, que podían albergar a casi un millón de personas, pero nadie puede decir cuándo se construyeron, ¿hace 13.000, 10.000, 4.000 ó 3.000 años? Como la piedra no se puede datar con el Carbono14 cualquiera puede hacer suposiciones sobre su antigüedad.