Antoine d´Abbadie, zientifikoa, abentura zalea, eta euskaldunen aita

Antoine d´Abbadie, zientifikoa, abentura zalea, eta euskaldunen aita

Eukeni Olabarrieta, medikua eta bidaiari
Abbadie, gizon aberatsa, laguntza ugari eskaini zituen euskal pilota sustatzeko, dantzak eta batik bat, euskal literatura.
2017/01/12

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Ni por su nombre y apellidos, ni por su lugar de nacimiento, Dublín, 3 de enero de 1810, se podría pensar que este hombre fuese uno de los impulsores más significativos del euskera y de la cultura vasca. Pasó su niñez en Dublín, de allí era su madre Elizabeth Thompson. Su padre, Michel Arnaud d´Abbadie, era natural de la villa de Arrast (Urrustoia, Zuberoa). En 1818 se trasladaron a Francia, donde recibió una sólida formación científica. Y es su padre el que le inculca el amor al euskera y a la cultura vasca; la familia d´Abbadie siempre rindió en su casa apasionado culto a Euskal Herria. Dedicó su vida a la ciencia, fue miembro de varias sociedades científicas, y presidente de la Academia de Ciencias de Francia, recibiendo premios y honores por su labor. Murió en París el 19 de marzo de 1897 a los 87 años, y fue enterrado en Hendaya, en su Chateau (castillo).

Famoso por sus viajes científicos

Aventurero, explorador, astrónomo, numismático, lingüista, cartógrafo, arqueólogo, médico, físico, a los 25 años, en 1835, la Academia de Ciencias francesa le envía a Brasil a estudiar el magnetismo terrestre. A los 27 viaja con su hermano Arnault a Etiopía y Alto Egipto a la búsqueda de las fuentes del Nilo. En Etiopía pasó 11 años estudiando su geografía, geología, arqueología, historia natural, lenguas y costumbres. Elaboró 10 mapas cartográficos de Etiopía, un diccionario de su lengua, el amárico, y logró resultados científicos de gran valor. Viajó también por el Mar Rojo, Levante, Mediterráneo, Grecia, Noruega… y a la vuelta de sus viajes se estableció en Hendaya donde se dedicó junto con su esposa a organizar todos los materiales de sus viajes e investigaciones para su publicación. También a la astronomía y sobre todo a su gran pasión: la lengua y cultura vascas.

Considerado merecidamente como Euskaldunen Aita, padre de los vascos

Y es que para el escritor Patri Urkizu y Jean Haritschelhar, presidente de Euskaltzaindia, fue el promotor principal del resurgir de la lengua y literatura vascas. Apasionado mecenas de la cultura vasca, en 1853 organizó las primeras Euskal Jaiak en Urruña, y que poco a poco se fueron extendiendo por toda la geografía de Euskal Herria. En 1892, en la inauguración de las fiestas euskaras de San Juan de Luz lanzó la consigna Zazpiak-bat, fue su promotor. A los 26 años, estando en París, Abbadie, hombre de ciencia, riguroso, conoció a Chaho, romántico y revolucionario, y a pesar de tener personalidades tan dispares se entendieron muy bien pues tenían un denominador común: el ferviente amor a la tierra vasca y al euskera. Abbadie, hombre rico, concedió grandes ayudas a la promoción de la pelota vasca, de los bailes, de las canciones populares y sobre todo de la literatura vasca. 

El Chateau de Abbadie, una herencia de piedras que susurran misterios y fragmentos de historia

Para su retiro en Hendaya Abbadie mandó construir un castillo sobre la cornisa, un castillo de estilo neogótico con una extraordinaria riqueza decorativa con impronta orientalista, repleto de tesoros africanos y mensajes enigmáticos en los 14 idiomas que hablaba. Y es que hay un aspecto en la vida de Abbadie que ha sido poco tratado por sus biógrafos, casi ninguno ha hecho referencia a su frecuente presencia en los círculos esotéricos de París. Aquí instaló su observatorio astronómico, su biblioteca, y aquí reposan sus restos, en la capilla del castillo, junto a los de su mujer Virginie Vincent de Saint Bonnet. Visitar el chateau no decepciona a nadie. Hay visitas guiadas. Y conocer la vida, extensa e intensa, de este polifacético vasco universal tampoco. Aquí no hemos dado más que un débil flash para despertar el interés de los lectores por una figura como la de Abbadie.