El Papa Francisco nombra “Venerable” a Arizmendiarrieta

Ha aprobado la emisión del Decreto de la Congregación para las Causas de los Santos por el que se designa “Venerable” a José María Arizmendiarrieta.
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16/12/2015

Se culmina de esta manera la primera etapa del proceso de canonización, en la que la Iglesia sanciona, oficialmente y para siempre, la ejemplaridad del sacerdote vasco.

Trayectoria vital

José María Arizmendiarrieta se dedicó con gran entrega y austeridad, a promover la transformación de la sociedad de su tiempo, sobre los principios de la participación los trabajadores, la cooperación y la ordenación de la empresa al desarrollo comunitario. Con un talante que supo conjugar de forma extraordinaria la antropología cristiana y la enseñanza social de la Iglesia con grandes dosis de pragmatismo económico, sentó las bases del grupo cooperativo.

Se proyecta así, como un modelo diferente, susceptible de ser un referente internacional, lo que resulta de especial importancia en un momento en el que la humanidad está buscando un nuevo modelo económico que concilie la eficacia empresarial con un desarrollo humano y sostenible.

La Misa de Acción de Gracias se prevé celebrar en la iglesia del Buen Pastor, de Donostia, el 23 de abril, coincidiendo con la finalización de los actos conmemorativos del centenario de su nacimiento.

Precisamente, con motivo del centenario, MONDRAGON ha producido recientemente un vídeo testimonial sobre el legado de Don José María Arizmendiarrieta. (José María Arizmendiarrieta 1915-2015).

El significado de “Venerable”

En la Iglesia católica, un cristiano es declarado "venerable" cuando se demuestra, durante su proceso de beatificación, que ha tenido una vida conforme al evangelio y el Papa por tanto declara sus "virtudes heroicas". Este es el paso previo a que éste sea reconocido como beato, si existe un milagro comprobado. En el caso de la beatificación de mártires, no es necesario atestiguar tales virtudes heroicas, pues ya es suficiente heroicidad el mismo martirio. Así, un mártir no es declarado Venerable, sino, en tal caso, directamente beato. Sea o no mártir, el proceso continuará hasta la canonización y el consecuente reconocimiento como santo, para el que siempre será necesaria la comprobación de un milagro (que será ya el segundo, en caso de que no sea mártir), sucedido después de la beatificación. Es indispensable entender que los títulos postmortem de siervo de Dios, venerable, beato, santo y patrono son títulos honoríficos o simbólicos, que la Iglesia católica cede a personajes importantes de su seno, y no representan nada sobrenatural; son títulos humanos, a modo de distinción hacia los católicos que se dedicaron al progreso de la Humanidad, en general bajo la inspiración divina.